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viernes, 22 de mayo de 2020

RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN


Valle-Inclán (1866-1936) fue un genio creador nacido en Villanueva de Arosa (Pontevedra). Poeta, prosista y ante todo dramaturgo renovador que formó parte de la corriente literaria denominada modernismo y se encuentra próximo, en sus últimas obras, a la generación del 98, de una manera tan persona, revolucionada y rompedora que creó un género en la literatura española: el esperpento.



Valle-Inclán


Su agitada trayectoria ideológica, que lo llevó del conservadurismo de su juventud al republicanismo de sus últimos años.

Como prosista, su novela Tirano Banderas, responde a las características de la novela de dictador. Narra la caída del dictador sudamericano Santos Banderas, personaje despótico y cruel que mantiene aterrorizada a la población.

Sus Sonatas son una muestra del modernismo simbolista, decadentista, extraordinario. En ellas relata, de forma autobiográfica, los amores del marqués de Bradomín (un don Juan ochecentista, cínico y sensual). Se pueden considerar prosa poética, con un efecto plástico, colorista, sensorial,  y unos efectos fónicos y rítmicos dignos de la mejor prosa modernista y simbolista.




Disfrutad de este fragmento de la Sonata de otoño:

—No te permito que poses ni de Aretino ni de César Borgia.
La pobre Concha era muy piadosa, y aquella admiración estética que yo sentía en mi juventud por el hijo de Alejandro VI, le daba miedo como si fuese el culto al Diablo. Con exageración risueña y asustadiza me imponía silencio:
—¡Calla!... ¡Calla!
Mirándome de soslayo volvió lentamente la cabeza:
—Candelaria, pon vino en mi copa...
Candelaria, que con las manos cruzadas sobre su delantal almidonado y blanco, se situaba en aquel momento a espaldas del sillón, apresuróse a servirla. Las palabras de Concha, que parecían perfumadas de alegría, se desvanecieron en una queja. Vi que cerraba los ojos con angustiado gesto, y que su boca, una rosa descolorida y enferma, palidecía más. Me levanté asustado:
—¿Qué tienes? ¿Qué te pasa?
No pudo hablar. Su cabeza lívida desfallecía sobre el respaldo del sillón. Candelaria fué corriendo al tocador y trajo un pomo de sales. Concha exhaló un suspiro y abrió los ojos llenos de vaguedad y de extravío, como si despertase de un sueño poblado de quimeras. Fijando en mí la mirada, murmuró débilmente:



En cuanto al teatro, sus obras son magnas:

Las Comedias bárbaras constituyen  una trilogía de obras  integrada por Águila de blasón (1907), Romance de lobos (1908) y Cara de Plata (1923).


Comedias bárbaras en el montaje "Montenegro" de Enesto Caballero


El hilo conductor se sitúa en la historia de la saga de los Montenegro, en la Galicia del siglo XIX, encabezada por el patriarca Juan Manuel y que encuentra continuación en sus cinco hijos, entre los que sobresale el apodado Cara de Plata. Los peores instintos rodean la patriarca y a sus hijos, con excepción de Cara de Plata. Juan Manuel, cacique local, secuestra a su ahijada, Sabelita, enamorada de Cara de plata, pero la hace su amante a la fuerza, a la par que impide el paso del abad por sus tierras.

Divinas palabras (1919) tragicomedia con imágenes ancestrales de muerte, lujuricia, avaricia, cercana al expresionismo.

La trilogía Martes de Carnaval. Esperpentos (1930) que incluye:
Las galas del difunto, Los cuernos de don Friolera y La hija del capitán.

Pero, si hemos de analizar una obra que es la muestra del esperpento es Luces de bohemia.  Una obra terrible, llena de dolor, que ofrece la reivindicación noventayochista llevada al retorcimiento, a la expresión deforme, es decir, al expresionismo. 



Fotograma de la película "Luces de bohemia" de Miguel Ángel Díez con Agustín González y Francisco Rabal




La obra narra las últimas horas de la vida de Max Estrella, un «hiperbólico andaluz, poeta de odas y madrigales» ya anciano, miserable y ciego que gozó en algún momento de cierto reconocimiento. En su peregrinaje por un Madrid oscuro, turbio, marginal y sórdido, le acompaña don Latino de Hispalis y le dan la réplica algunos otros personajes de la bohemia madrileña de la época. En sus diálogos se vierten de forma magistral críticas a la cultura oficialista y a la situación social y política de una España condenada a no reconocer a sus próceres. Tras múltiples vicisitudes, la obra acaba con la muerte de Max Estrella y se prolonga con su velatorio. El drama se cierra con un borracho que grita: "¡Cráneo previlegiado!", expresión que se repite a lo largo de la historia y que resume el enfoque esperpéntico de la misma.
El drama de un poeta abocado a la muerte, por no darle apenas una moneda por sus escritos, precisamente por ser un escritor con talento, hasta su "amigo" don Latino, le engaña. Tiene esposa y una hija jovencita, ese es su temor, porque él hubiera preferido suicidarse unido a ellas, pero su mujer no lo permite. Todo se desarrolla en una noche terrible, que es un viaje a los infiernos, donde da su abrigo en prenda para comprar un billete de lotería, y pasa por una carga policial donde matan a un bebé, es detenido por causar escándalo y en el calabozo conoce a un detenido sindicalista que sabe que será asesinado en cualquier momento en que le digan que esta libre, y lo harán amparados por la ley de fugas. Este es el panorama con que se presenta una España corrupta, opresora, que no deja oportunidades a los creadores con talento y escrúpulos. Muere agónico en la noche. Hasta su velatorio es un gesto de sarcasmo, alguien dice que está cataléptico. Ni siquiera la dignidad de la muerte cabe para él. Como expresión irónica máxima del sinsentido, una vez muerto, su billete habrá sido el ganador. Se suicidan, finalmente también su mujer y su hija.
Curiosa es la escena después de su entierro donde aparecen el Marqués de Bradomín (uno de sus personajes) y el autor Rubén Darío.


Paco Rabal con Fernando Fernán Goméz en la película dirigida por Miguel Angel Díez


A partir de la figura de Max Estrella trasciende la anécdota del fracaso y la muerte de un escritor venido a menos. La obra se convierte en una parábola trágica y grotesca de la imposibilidad de vivir en un país deforme, injusto y opresivo, como es la España del 1920, degradada, desconsiderada con el pueblo llano y llena de corrupción.

Valle-Inclán




Aquí tenéis un fragmento de Luces de bohemia de Ramón María del Vallé-Inclán, obra teatral que se expresa como el nuevo género teatral del esperpento, creación genuina de Valle-Inclán y en ella en contramos la propia teoría sobre el mismo en boca del personaje Max Estrella.

MAX: ¡Don Latino de Hispalis, grotesco personaje, te inmortalizaré en una novela!
DON LATINO: Una tragedia, Max. 
MAX: La tragedia nuestra no es tragedia. 
DON LATINO: ¡Pues algo será! 
MAX: El Esperpento. 
DON LATINO: No tuerzas la boca, Max. 
MAX: ¡Me estoy helando! 
DON LATINO: Levántate. Vamos a caminar. 
MAX: No puedo. 
DON LATINO: Deja esa farsa. Vamos a caminar. 
MAX: Échame el aliento. ¿Adónde te has ído, Latino? 
DON LATINO: Estoy a tu lado. 
MAX: Como te has convertido en buey, no podía reconocerte. Échame el aliento, ilustre buey del pesebre belenita. ¡Muge, Latino! Tú eres el cabestro, y si muges vendrá el Buey Apis. Lo torearemos, 
DON LATINO: Me estás asustando. Debías dejar esa broma. 
MAX: Los ultraístas son unos farsantes. El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse en el callejón del Gato. 
DON LATINO: ¡Estás completamente curda! 
MAX: Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada. 
DON LATINO: ¡Miau! ¡Te estás contagiando!
MAX: España es una deformación grotesca de la civilización europea. 
DON LATINO: ¡Pudiera! Yo me inhibo. 
MAX: Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas.

DON LATINO: Conforme. Pero a mí me divierte mirarme en los espejos de la calle del Gato. 

MAX: Y a mí. La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta, Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas.
DON LATINO: ¿Y dónde está el espejo? 
MAX: En el fondo del vaso. 
DON LATINO: ¡Eres genial! ¡Me quito el cráneo! 
MAX: Latino, deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España. 


TAREAS:

1.-Explica a qué movimiento literario pertenece el fragmento de Sonata de otoño. Justifica tu respuesta.

2.-Explica por qué va más allá de la generación del 98 Valle Inclán con Luces de bohemia.

3.-¿Qué es el esperpento?

4.-¿Qué tienen que ver don Latino y Max con el esperpento?


...



lunes, 18 de mayo de 2020

MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98 PARTE I

EL MODERNISMO

A finales del siglo XIX triunfa el movimiento artístico conocido como Modernismo. El Modernismo tiene su origen en Hispanoamérica. La publicación en 1888 de Azul del poeta nicaragüense Rubén Darío se ha considerado tradicionalmente como el punto de arranque del Modernismo, ya que en esta obra se manifiestan con claridad los rasgos característicos del movimiento.
Entre esas características pueden destacarse las siguientes:
- Se trata de una literatura esteticista, es decir, se busca la belleza por encima de todo. 

-Los autores buscan una evasión de la realidad, situando sus obras en escenarios remotos tanto en el espacio como en el tiempo. En los textos es habitual que se hable de épocas pasadas (como la Edad Media o la mitología grecolatina), de ambientes lujosos y refinados (palacios, castillos…) o de civilizaciones exóticas (China, Japón…). Esta mirada suele provenir de la influencia de la escuela parnasianista, que propugna el lema de "El arte por el arte", la belleza por la belleza. Los escritores modernistas que siguen esta escuela crean un arte de bellezas escultóricas, elevado, culto, con reminiscencias clásicas y mitológicas. En el caso de Rubén Darío se llega a la ostentación, lujo, al exceso ornamental, a la profusión de elementos exóticos, como un rebaño de elefantes, un quiosco de malaquita o un palacio de diamantes y su signo de identidad: el cisne.

En el caso de los escritores que siguen la escuela simbolista, los temas van asociados a los sentimientos más íntimos, muchas de veces de melancolía, de añoranza y de angustia o de una belleza decadente y profundamente preciosista. Recordemos los símbolos machadianos: las abejas, el camino, la tarde, la noria...

Un denominador común, suele ser, no obstante, más allá de los elementos recargados o más sobrios, la creación de una obra literaria que nos llega a través de todos los sentidos, los elementos plásticos, visuales, coloristas, olfativos, las sensaciones auditivas... nos hacen recorrer algunas de estas obras con los cinco sentidos, de ahí, el abundante uso de la sinestesia.


El poeta nicaragüense Rubén Darío


LA GENERACIÓN DEL 98

Se conoce con el nombre de generación del 98 a un grupo de autores españoles nacidos a finales del siglo XIX que abordaron en sus textos dos temas fundamentales: la decadencia de España y la angustia existencial. Se suele reconocer como miembros de esta generación a Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Azorín y Ramiro de Maeztu. En sus reflexiones sobre la situación nacional, los autores del 98 recurrieron con frecuencia a la descripción de paisajes –fundamentalmente, el paisaje castellano- como elemento simbólico y lírico que representa España.
Los escritores del 98 persiguieron una depuración del lenguaje literario y buscaron un tono natural y sencillo en el que lo superfluo no tenía cabida.


Don Miguel de Unamuno


Los autores del 98 arremeten contra la abulia del pueblo español, claman por la necesidad de modernizar nuestro país, recogiendo el testigo de los regeneracionistas, de europeizarla sin renunciar a la fuerza y belleza de sus costumbres, tradiciones y cultura. Véase Campos de Castilla de Antonio Machado.
El dolor por España les hará sumirse también en una profunda crisis personal que les llevará a algunos de ellos a una angustia existencial que reflejaran en algunas de sus obras, así es el caso de Niebla de Unamuno o de El árbol de la ciencia de Pío Baroja.

A pesar de la profunda diferencia a priori de estos dos movimientos artísticos y literarios, tienen su raíz en una misma profunda crisis de finales del siglo XIX y principios del siglo XX y resultarían dos caras de una misma moneda.

En un caso, los autores buscan evadirse de ese mundo en ruinas, que se deshace. Pensad en lo que supuso la pérdida de las últimas colonias para lo que había sido un imperio español, asolado por la profundísima crisis económica, social, política.


Sir Lawrence Alma-Taddema


En otro caso, los escritores se comprometen con sus obras en la necesidad de renovación y cambio, llaman al pueblo a superar la situación de crisis y critican su abulia.

En realidad, las dos visiones no son opuestas y pueden convivir en la misma persona, como es el caso de Antonio Machado, cuyos inicios son modernistasSoledades (1903), Soledades, galerías y otros poemas(1907) y cuyos temas en Campos de Castilla (1912) están plenamente sumidos en los postulados de la generación del 98.

Queridos alumnos, visto este panorama, esta será vuestra tarea: 

.Observa los textos que se presentan a continuación, explica si pertenecen al Modernismo o la generación del 98 y por qué.

.Busca información sobre la escuela parnasianista y la escuela simbolista y aporta algún autor afín a cada una de ellas.

.Explica qué es la sinestesia con algún ejemplo.


TEXTOS

1.-

RUBÉN DARÍO 


A MARGARITA DEBAYLE 


Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento.

Este era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha del día
y un rebaño de elefantes.

Un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita como tú.

Una tarde la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla,
una pluma y una flor.

Las princesas primorosas
se parecen mucho a tí.
Cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.

Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.

Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
mas lo malo es que ella iba
sin permiso del papá.

Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.

Y el rey dijo: "¿Qué te has hecho?
Te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho,
que encendido se te ve?"

La princesa no mentía,
y así, dijo la verdad:
"Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad."

Y el rey clama: "¿No te he dicho
que el azul no hay que tocar?
¡Qué locura! ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar."

Y dice ella: "No hubo intento:
yo me fui no sé por qué;
por las olas y en el viento
fui a la estrella y la corté."

Y el papá dice enojado:
"Un castigo has de tener:
vuelve al cielo, y lo robado
vas ahora a devolver."

La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el buen Jesús.

Y así dice: "En mis campiñas
esa rosa le ofrecí:
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí."

Viste el rey ropas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.

La princesa está bella,
pues ya tiene el prendedor,
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.

Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento

Ya que lejos de mí vas a estar
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento. 





2.-

ANTONIO MACHADO


A ORILLAS DEL DUERO
[...]
El Duero cruza el corazón de roble
de Iberia y de Castilla.
¡Oh, tierra triste y noble,
la de los altos llanos y yermos y roquedas,
de campos sin arados, regatos ni arboledas;
decrépitas ciudades, caminos sin mesones,
y atónitos palurdos sin danzas ni canciones
que aún van, abandonando el mortecino hogar,
como tus largos ríos, Castilla, hacia la mar!
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.
¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada
recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?
Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira;
cambian la mar y el monte y el ojo que los mira.
¿Pasó? Sobre sus campos aún el fantasma yerta
de un pueblo que ponía a Dios sobre la guerra.
La madre en otro tiempo fecunda en capitanes,
madrastra es hoy apenas de humildes ganapanes.
Castilla no es aquella tan generosa un día,
cuando Myo Cid Rodrigo el de Vivar volvía,
ufano de su nueva fortuna, y su opulencia,
a regalar a Alfonso los huertos de Valencia;
o que, tras la aventura que acreditó sus bríos,
pedía la conquista de los inmensos ríos
indianos a la corte, la madre de soldados,
guerreros y adalides que han de tornar, cargados
de plata y oro, a España, en regios galeones,
para la presa cuervos, para la lid leones.
Filósofos nutridos de sopa de convento
contemplan impasibles el amplio firmamento;
y si les llega en sueños, como un rumor distante,
clamor de mercaderes de muelles de Levante,
no acudirán siquiera a preguntar ¿qué pasa?
Y ya la guerra ha abierto las puertas de su casa.
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.
[...]





Hasta pronto. Un beso. 


...


martes, 12 de mayo de 2020

EL REALISMO

Queridos alumnos: 

Nos toca seguir con la literatura de la segunda mitad del S.XIX, es decir, con el Realismo. Os sugiero, por supuesto, que consultéis la información completa de la unidad, pero aquí preferiría centrarme en el género literario más importante en el Realismo, que es por supuesto, la novela.

Bien, empecemos con un poco de historia para poder enmarcar la literatura de este periodo realista.







CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIAL Y CULTURAL

Las disputas y controversias entre conservadores y liberales continúan marcando el acontecer histórico de esta segunda mitad del siglo XIX. Se suceden periodos políticos de carácter autoritario con periodos de carácter liberal. En 1968 se produce La Gloriosa, la revolución que acaba temporalmente con la monarquía borbónica. La figura clave de este momento es el general Prim, quien amalgama un conjunto de fuerzas muy heterogéneas (liberales, progresistas, demócratas, republicanos) que serán incapaces de encontrar un programa común. La intervención del ejército restaura en el trono a los Borbones, ahora en la figura de Alfonso XII. Se inicia con ello el largo periodo de la Restauración. El principal político de la época es Cánovas, jefe del partido Conservador. Consolidado este sistema en los años 80, Cánovas y Sagasta (jefe del partido liberal) acuerdan en el llamado Pacto de El Pardo la alternancia en el poder de los dos partidos.
A lo largo de esta época, la sociedad española experimenta una transformación evidente: la población crece de manera significativa. La población sigue siendo mayoritariamente rural.
Socialmente, la burguesía no es capaz de llevar a buen puerto la revolución liberal. La alta burguesía financiera se acaba fundiendo con los restos de la vieja aristocracia y se constituye así la oligarquía dominante de la Restauración. Por su parte, el movimiento obrero se organiza progresivamente.
En el campo de la cultura, es visible también el enfrentamiento entre las ideas conservadoras y liberales. Por otra parte, el analfabetismo sigue siendo todavía un grave problema en España.






Bien, hecha esta introducción, veamos pues cuáles son las características del Realismo.

Recordemos que siempre debemos conocer la primera y principal en un movimiento artístico será precisamente aquella que lo distancia del movimiento anterior, por lo tanto la característica primera del Realismo es el abandono del sentimentalismo excesivo. El romanticismo ha dejado cansados a los escritores de esa profusión de emociones. Se buscará ahora la calma y la observación que intenta ser fiel a la realidad. De ahí que la novela permita este objetivo, mientras que la poesía poco tendrá que hacer en una época mucho más prosaica, alejada del romanticismo.



Benito Pérez Galdós


CARACTERÍSTICAS LITERARIAS: 

REALISMO Y NATURALISMO


 .Observación y descripción precisa de la realidad: 

Este interés por la observación de la realidad es paralelo a los métodos de observación característicos de las ciencias experimentales. Para ello, los escritores llegan a documentarse sobre el terreno tomando apuntes sobre personajes o ambientes, o bien consultan libros, de los que extraen la información precisa. La vida real se convierte así en objeto estético.

.Ubicación próxima de los hechos:

Frente a la evasión espacio-temporal del Romanticismo, los autores realistas escriben sobre lo que conocen, por lo que tienden a situar sus obras en lugares próximos y en el momento presente. La mirada se desplaza a lo cotidiano, eliminando el subjetivismo y la fantasía.

Frecuente propósito de crítica social y política:

Esta intencionalidad sociopolítica varía según la ideología particular de cada escritor. En general, los escritores conservadores describen la realidad para mostrar su degradación y postular un retorno a los viejos valores tradicionales. Los progresistas también muestran lacras sociales, pero éstas, según ellos, obedecen en muchos casos a la pervivencia de una mentalidad conservadora que lastra el avance hacia un mundo nuevo.

.Estilo sencillo y sobrio:

Los realistas no sólo abandonan los temas legendarios del Romanticismo, sino que rechazan la pomposa retórica romántica. El ideal del estilo realista es la claridad y la precisión.


Predilección por la novela:

El género literario por excelencia fue la novela, que alcanzó un auge inusitado. Según los realistas, la prosa narrativa era el género más adecuado para reflejar la realidad en su totalidad. Elementos importantes de la novela realista son: VEROSIMILITUD, PROTAGONISTAS INDIVIDUALES O COLECTIVOS, NARRADOR OMNISCIENTE, DIDACTISMO, APROXIMACIÓN DEL LENGUAJE AL USO COLOQUIAL.





Novelistas realistas importantes fueron: 

Juan Valera, José Mª de Pereda, Emilia Pardo Bazán, Benito Pérez Galdós o Leopoldo Alas, alias "Clarín". Recordemos, por supuesto a los novelistas europeos contemporáneos como Balzac, Flaubert y Tolstoi.

Sepamos algo más sobre:

 BENITO PÉREZ GALDÓS 


El gran número de novelas escritas por Galdós ha exigido una clasificación por parte de la crítica literaria.

Primeras novelas: Son las publicadas durante la década de los setenta. Casi todas ellas son novelas de tesis, donde se contraponen dos ideologías: conservadora y liberal. La intención didáctica de estas obras es explícita. Encontramos todavía personajes bastante planos psicológicamente, la tesis es bastante maniquea: hay personajes muy malos y otros muy buenos, o las víctimas de por vida de otros personajes o de una situación, quizás en un perfil psicológico demasiado simplista aún.






En cambio en las Novelas españolas contemporáneas, se produce un intenso cambio en la profundización psicológica, los personajes son mucho más complejos y sufren una evolución. Así llamó Galdós a las novelas publicadas a partir de 1881. En casi todas ellas, Galdós despliega muchas de sus mejores artes narrativas: minuciosa captación de ambientes y tipos, uso magistral de los dialógos, empleo de novedosos monólogos interiores, sabio manejo narrativo de múltiples anécdotas argumentales. Títulos destacados de este grupo de novelas son: La desheredada, Fortunata y Jacinta y La de Bringas.






Episodios Nacionales: Están constituidos por cuarenta y seis novelas. Pretenden reconstruir de forma novelada la historia del siglo XIX español.






Últimas novelas: La crisis de la estética realista, y, por otra parte, el interés por buscar nuevos cauces expresivos, determinarán un cambio de rumbo en la narrativa de Galdós, en la etapa última de su trayectoria. En alguna de las novelas de este grupo se percibe un espiritualismo muy característico de la narrativa europea de finales de siglo. Títulos importantes de esta época son: Misericordia y Tristana.




Bien, analicemos los siguientes fragmentos:


MARIANELA DE GALDÓS

¡Cosa rara, inaudita! La Nela que nunca había tenido cama, ni ropa, ni zapatos, ni sustento, ni consideración, ni familia, ni nada propio, ni siquiera nombre, tuvo un magnífico sepulcro que causó no pocas envidias entre los vivos de Socartes. Esta magnificencia póstuma fue la más grande ironía que se ha visto en aquellas tierras calaminíferas. La señorita Florentina, consecuente con sus sentimientos generosos, quiso atenuar la pena de no haber podido socorrer en vida a la Nela, con la satisfacción de honrar sus pobres despojos después de la muerte. Algún positivista empedernido criticóla por esto; pero nosotros vemos en tan desusado hecho una prueba más de la delicadeza de su alma.
Cuando la enterraron, los curiosos que fueron a verla ¡esto sí que es inaudito y raro!, la encontraron casi bonita; al menos así lo decían. Fue la única vez que recibió adulaciones.






FORTUNATA Y JACINTA DE GALDÓS

Juanito no pecaba de corto, y al ver a la chica y observar lo linda que era y lo bien calzada que estaba, diéronle ganas de tomarse confianzas con ella.
–¿Vive aquí –le preguntó– el señor de Estupiñá?
–¿Don Plácido?… en lo más último de arriba –contestó la joven, dando algunos pasos hacia fuera.
Y Juanito pensó: «Tú sales para que te vea el pie. Buena bota»… Pensando esto, advirtió que la muchacha sacaba del mantón una mano con mitón (2) encarnado y que se la llevaba a la boca. La confianza se desbordaba del pecho del joven Santa Cruz, y no pudo menos de decir:
–¿Qué come usted, criatura?
–¿No lo ve usted? –replicó mostrándoselo–. Un huevo.
–¡Un huevo crudo!
Con mucho donaire, la muchacha se llevó a la boca por segunda vez el huevo roto y se atizó otro sorbo.
–No sé cómo puede usted comer esas babas crudas –dijo Santa Cruz, no hallando mejor modo de trabar conversación.
–Mejor que guisadas. ¿Quiere usted? –replicó ella ofreciendo al Delfín lo que en el cascarón quedaba.
Por entre los dedos de la chica se escurrían aquellas babas gelatinosas y transparentes. Tuvo tentaciones Juanito de aceptar la oferta; pero no: le repugnaban los huevos crudos.
–No, gracias.
Ella entonces se lo acabó de sorber, y arrojó el cascarón, que fue a estrellarse contra la pared del tramo inferior. Estaba limpiándose los dedos con el pañuelo, y Juanito discurriendo por dónde pegaría la hebra, cuando sonó abajo una voz terrible que dijo:
–¡Fortunaaá!






Y vayamos ahora a leer un fragmento de La Regenta, una de la más importantes obras realistas, en este caso de Clarín, que realiza una crítica mordaz de la sociedad española en su hipocresía y costumbres asumidas por tradición que solo hacen más infelices a los seres humanos. El retrato psicológico femenino de Ana Ozores, la Regenta, es uno de lo más célebres de la literatura.






LA REGENTA DE CLARÍN


Las primeras palabras de amor que Ana, ya vencida, se atrevió a murmurar con voz apasionada y tierna al oído de su vencedor, no el día de la rendición, mucho después, fueron para pedirle el juramento de la constancia... 

«Para siempre, Álvaro, para siempre, júramelo; si no es para siempre, esto es un bochorno, es un crimen infame, villano...». 

Mesía había jurado, y seguía jurando todos los días, una eternidad de amores. 

La idea de la soledad después de aquello, le parecía a la Regenta más horrorosa que en un tiempo se le antojara la imagen del Infierno. 

Con amor se podía vivir donde quiera, como quiera, sin pensar más que en el amor mismo...; pero sin él... volverían los fantasmas negros que ella a veces sentía rebullir allá en el fondo de su cabeza, como si asomaran en un horizonte muy lejano, cual primeras sombras de una noche eterna, vacía, espantosa. Ana sentía que acabarse el amor, aquella pasión absorbente, fuerte, nueva, que gozaba por la primera vez en la vida, sería para ella comenzar la locura. 

«Sí, Álvaro; si tú me dejaras me volvería loca de fijo; tengo miedo a mi cerebro cuando estoy sin ti, cuando no pienso en ti. Contigo no pienso más que en quererte». 

Esto solía decir ella en brazos de su amante, gozando sin hipocresía, sin la timidez, que fue al principio real, grande, molesta para Mesía, pero que al desaparecer no dejó en su lugar fingimiento. Ana se entregaba al amor para sentir con toda la vehemencia de su temperamento, y con una especie de furor que groseramente llamaba Mesía, para sí, hambre atrasada. 

Él estuvo el primer mes asustado. Si los primeros días renegaba del miedo, de la ignorancia y de los escrúpulos (absurdos en una mujer casada de treinta años, según la filosofía del Presidente del Casino), pronto vio tan colmada la medida de sus deseos, que llegó a inquietarle «otro aspecto» de sus amores. Nunca había sido más feliz. ¿Quería satisfacer el amor propio a quien la edad empezaba a dar algunos disgustos? Pues Ana, la mujer más hermosa de Vetusta, le adoraba; y le adoraba por él, por su persona, por su cuerpo, por el físico. Muchas veces, si a él le daba por hablar largo, y tendido, ella le tapaba la boca con la mano y le decía en éxtasis de amor: «No hables». Mesía no echaba esto a mala parte; también él reconocía que lo mejor era callar, dejarse adorar por buen mozo. ¿Quería satisfacer caprichos de la carne ahíta, gozar delicias delicadas de los sentidos? Pues la misma ignorancia de Ana y la fuerza de su pasión y las circunstancias de su vida anterior y las condiciones de su temperamento y la de su hermosura facilitaban estos alambicados goces del gallo, corrido y gastado, pero capaz de morir de placer sin miedo. Y a pesar de tanta felicidad, Mesía estaba intranquilo.






TAREA

-Leed por favor los fragmentos anteriores y explicad por qué pertenecen al Realismo, a qué autor y en el caso de Galdós concretamente a cuál de sus etapas.

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