Queridos amigos:
En esta ocasión me complace compartir con vosotros una de las obras teatrales más representativas del siempre genial Valle-Inclán, un esperpento: Luces de bohemia. Publicado por entregas semanales en 1920, y cuya versión definitiva fue editada con tres escenas más en 1924.
El esperpento deforma la realidad para presentarnos la imagen real que existe tras una máscara que la oculta. Como si las imágenes pasaran por un espejo deformante. Los personajes se convierten en marionetas o títeres deshumanizados, son cosificados o animalizados en muchas ocasiones.
La dramática historia nos lleva al doloroso último viaje por las calles de un Madrid marginal y sórdido de Max Estrella, un poeta anciano, pobre y ciego hasta el momento de su muerte y su velatorio. La obra constituye una crítica esperpéntica a la posibilidad de vivir en la España injusta y terrible de la Restauración.
La adaptación cinematográfica que nos ocupa cuenta con el guión de Mario Camus y la dirección de Miguel Ángel Díez.
Aunque el periplo en el que acompañaremos a Max Estrella es dolorosísimo, creo que nunca nos podremos olvidar de un personaje con una vida tan dramática que desmiente el buen nombre de su apellido. Como siempre hacen nuestros grandes autores, no dejan un cabo suelto y nos transmiten a través del simbolismo, incluso el de los nombres, su lectura de la realidad.
Espero que os guste esta extraordinaria adaptación de una de las obras geniales de nuestra literatura.
Hasta pronto, un beso.
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